El estrés digital (también conocido como tecnoestrés) abarca sensaciones de sobrecarga de información, cantidades abrumadoras de notificaciones, adicción al teléfono y exceso de conexión.
Estamos más en línea que nunca: nos volvimos digitales para comprar, trabajar, interactuar con amigos y familiares e incluso hacer consultas médicas. Si bien vivir en una era digitalmente conectada ha tenido un impacto positivo enorme en la accesibilidad, conexión y productividad, también es importante reconocer y actuar sobre algunos de los efectos adversos que una cultura «siempre conectada» puede tener en nosotros y el estrés digital que podemos experimentar.
¿No puedes dejar el teléfono de lado y parar de escrolear?
La adicción al teléfono y el uso excesivo de las redes sociales también aumentan el estrés digital. Cuando te encuentras en persona con tu familia y amigos, tus relaciones pueden verse gravemente afectadas si estás pegado a la pantalla de tu teléfono y no estás mentalmente presente. ¿Miras regularmente las redes sociales y deslizas contenidos sin cesar? Si lo haces, eres adicto al contenido de las redes. Si bien es importante saber qué está sucediendo, debemos preguntarnos si el contenido que consumimos es objetivo y útil. ¿Has notado que bajó la calidad de tu sueño, no puedes concentrarte en el trabajo, especialmente durante largos períodos de tiempo, o sientes una baja autoestima? Esto puede ser a causa de la adicción al teléfono y el uso excesivo de las redes sociales.
Señales de estrés digital
Aquí van algunas señales a las que tienes que estar atento para saber si sufres de estrés digital:
- Efectos físicos: Las hormonas que produce nuestro cuerpo para responder a las situaciones de estrés pueden tener muchos efectos físicos, entre los que podemos mencionar la dificultad para respirar, ataques de pánico, visión borrosa, dolores de cabeza y problemas de sueño.
- Retraimiento y aislamiento: El estrés digital puede llevar a las personas a alejarse de sus actividades sociales habituales y aislarse de amigos, familia y colegas. Esto puede agravar los efectos de este estrés, ya que el distanciamiento social puede llevar a mayor ansiedad e incluso depresión en algunas instancias. A su vez, esto puede afectar la productividad en el trabajo y en casa.
- Secretismo: Las personas que están lidiando con el estrés digital pueden no dar a conocer este problema a sus seres queridos.
- Memoria y atención: El uso excesivo de smartphones y tecnologías digitales pueden producirte fatiga y pérdida de la memoria. Nuestra capacidad para concentrarnos durante períodos largos de tiempo está debilitándose, y las tecnologías digitales cambian la forma en que nuestra memoria funciona, especialmente cuando confiamos a nuestros dispositivos el guardado de información y recordarnos, en lugar de recordar.
- Depresión: Una combinación de exposición a grandes cantidades de estímulos digitales y estrés derivado de la sobrecarga de información, noticias falsas, ciberseguridad y acoso virtual pueden causar ansiedad y estrés continuos, lo que eventualmente puede conducir al desarrollo de depresión.
- Ansiedad y ataques de pánico: Las personas que sufren de estrés digital pueden padecer ansiedad y ataques de pánico cuando están separadas de sus dispositivos tecnológicos, tener miedo a perderse algo o sufrir estrés debido a la incapacidad de recordar contraseñas o recuperar cuentas. Esta ansiedad puede verse exacerbada por el uso de plataformas y tecnologías digitales durante períodos de tiempo más prolongados.
Consejos para el bienestar digital
Cuidar nuestro bienestar en relación con el mundo digital puede resultar un poco más difícil si trabajas de forma remota.
Si sufres de estrés digital, quizás quieras considerar un cambio en la forma en que usas tu teléfono y tus redes sociales.
- Descubre qué funciona y qué no funciona para ti. Para algunas personas, estar conectadas por la noche no es un problema; otras pueden verse afectadas negativamente. Observa tus comportamientos en relación con la tecnología y toma nota de cómo te hace sentir; esto te dará una visión general de cómo empezar.
- No pierdas de vista la realidad cuando miras las redes: Es importante recordar que la mayoría de las personas solo publican lo más atractivo de sus vidas en las redes sociales y no lo rutinario y poco glamoroso.
- Establece límites. Si revisas regularmente tu correo electrónico fuera del horario laboral o descubres que usas tu teléfono cuando sales con amigos, dejar tu teléfono a un lado puede ayudarte a «desconectarte» adecuadamente del mundo digital y del trabajo.
- Decide qué notificaciones necesitas realmente. Administra tus notificaciones para evitar la sobrecarga de información y distracciones, e incluso considera deshabilitar las alertas de aplicaciones específicas.
- Configura temporizadores en tus aplicaciones. Esto puede limitar el tiempo que pasas frente a las pantallas y evitar que navegues sin rumbo fijo en redes sociales o que revises tu dispositivo todo el tiempo.
- Habilita el modo hora de dormir en tu teléfono. Esto te ayudará a reducir el uso de tu teléfono por la noche y minimizar la exposición a la luz azul, que puede retrasar tu sueño.
- Sal a dar una caminata sin tus dispositivos. Pasar tiempo de calidad solo o con un amigo o familiar sin
- el teléfono puede ayudarte a reconectarte con el mundo real.
- Si los síntomas de estrés afectan tu vida diaria, no dejes de consultar a un especialista.
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