Este día pretende sensibilizar sobre esta enfermedad a través de la divulgación de información para conocer sobre los retos y necesidades que afrontan los pacientes. Además, se recuerda al médico francés Prosper Ménière, quien describió por primera vez los síntomas en 1861 y a quien debe su nombre.
La enfermedad de Ménière es un trastorno del oído interno que provoca episodios de mareos (vértigo) y pérdida de la audición. En la mayoría de los casos, la enfermedad de Ménière afecta a un solo oído.
La enfermedad de Ménière puede manifestarse a cualquier edad, pero suele aparecer entre el principio de la adultez y la mediana edad.
Entre los signos y síntomas de la enfermedad de Ménière se incluyen los siguientes:
- Episodios recurrentes de vértigo. Tener la sensación de estar girando, la cual comienza y finaliza espontáneamente. Los episodios de vértigo ocurren sin previo aviso y generalmente duran de 20 minutos a varias horas, pero no más de 24 horas. El vértigo intenso puede causar náuseas.
- Pérdida de la audición. La pérdida de la audición en la enfermedad de Ménière puede aparecer y desaparecer, especialmente al principio. Con el tiempo, la mayoría de las personas tienen algo de pérdida auditiva permanente.
- Campanilleo en los oídos (acúfenos). Los acúfenos son la percepción de un campanilleo, un zumbido, un rugido o un silbido en el oído.
- Sensación de que el oído está tapado. Las personas con la enfermedad de Ménière a menudo sienten presión en el oído afectado (congestión auditiva).
Se desconoce la causa de la enfermedad de Ménière. Los síntomas de la enfermedad de Ménière parecen ser el resultado de una cantidad anormal de líquido (endolinfa) en el oído interno, pero no está claro qué causa que eso suceda.
Los factores que afectan el líquido, lo cual puede contribuir a la enfermedad de Ménière, incluyen:
- Drenaje inadecuado del líquido, tal vez debido a una obstrucción o anormalidad anatómica.
- Respuesta inmune anormal.
- Infección viral.
- Predisposición genética.
No existe cura para la enfermedad de Ménière. Algunos tratamientos pueden ayudar a reducir la gravedad y la frecuencia de los episodios de vértigo. El médico puede recetar medicamentos para tomar durante un episodio de vértigo para disminuir la gravedad de un ataque. También algunas personas pueden beneficiarse de otras terapias y procedimientos no invasivos, como: rehabilitación, audífono, entre otras. Y si los tratamientos conservadores mencionados anteriormente no tienen éxito, el profesional podría recomendar algunos tratamientos más fuertes o cirugía si los ataques de vértigo son graves y debilitantes.