La hepatitis B es una enfermedad viral del hígado. Algunas personas pueden combatir la infección y eliminar el virus. En otras, la infección permanece y se vuelve “crónica” o de por vida. Con el tiempo, la hepatitis B crónica puede causar problemas de salud graves e incluso cáncer de hígado. No hay cura para la hepatitis B.

Las madres pueden pasar el virus de la hepatitis B a sus bebés durante el parto, ya que se transmite a través de la sangre y de los líquidos corporales. Los bebés también pueden contraer la hepatitis B por medio de la sangre u otros líquidos corporales que contengan cantidades pequeñas de sangre de una persona infectada. Las personas pueden propagar el virus incluso cuando no tengan síntomas de la enfermedad.

¿Por qué mi bebé necesita recibir la vacuna a tan temprana edad?

Todos los bebés deben recibir la primera inyección de la vacuna contra la hepatitis B poco después de nacer. Esta vacuna actúa como una red de protección al reducir el riesgo de contraer la enfermedad de la mamá o de otros familiares que podrían no saber que están infectados.

Esto es muy importante porque cuanto menos es el bebé al infectarse por el virus de la hepatitis B, mayor es la probabilidad de tener hepatitis B crónica. Si la mamá tiene hepatitis B, hay un medicamento adicional que puede ayudar a proteger al bebé contra esta enfermedad; se llama inmunoglobulina de hepatitis B (IGHB). La IGHB le da al cuerpo del bebé un “refuerzo” o una ayuda extra para luchar contra el virus en cuanto nace. Esta inyección es más eficaz cuando el bebé la recibe en sus primeras 12 horas de vida. El bebé también tendrá que recibir la serie completa de la vacuna contra la hepatitis B para obtener la mejor protección.

Para saber más sobre la hepatitis B, hable con el pediatra de su hijo y de ser necesario complemente la información con un especialista en infectología

Fuente: https://www.cdc.gov/spanish/especialesCDC/vacuna-hepatitis-b/index.html